Me voy de Ejercicios Espirituales... y les invito a venir conmigo

El sacerdote está llamado a ser un puente entre Dios y los hombres, a unir el cielo y la tierra. Y esto no por voluntad o poder propios, sino por la gracia de estar unido al sacerdocio de Cristo. Una realidad que a todo sacerdote sobrecoge y que le anima a no detenerse en sí mismo, sino a ver que su mensaje va mucho más allá de lo que Él pueda hacer.

 

Los que me conocen saben que últimamente me he lanzado en la aventura de evangelizar a través de este nuevo continente llamado internet. Para algunos, mi actividad es demasiado frenética; para otros, es aún poca. Yo sólo intento hacer lo que puedo para que los demás encuentren a Cristo a través de cada artículo en el blog, de cada post en el Facebook o de cada tuit. Tal vez por eso he puesto como fondo de mi perfil de Twitter un camino de piedras: quiero ser pisado para que, a través de mí, los demás lleguen a Dios.

Pero toda esta actividad necesita estar unida a Dios, su fuente. Si no, sería una hipocresía de mi parte. Y por eso oro todos los días, celebro misa todos los días y tengo algunas actividades especialmente intensas de oración durante el año. Como los ejercicios espirituales que, si Dios quiere, comienzo este sábado 23 de febrero. Ahí estaré ocho días desconectado del resto del mundo y conectado al Creador del mundo. Y mientras todos acompañana al Papa con muchas muestras de cariño, yo lo haré con mis oraciones por él y por la Iglesia.  

 Pero no quisiera irme solo. Quisiera que todos ustedes me acompañasen y se uniesen a Dios como espero hacerlo yo. He pensado la mejor forma de lograrlo y no encuentro nada mejor que ofrecerles oraciones por sus intenciones. Para ello, les invito a que pongan en los comentarios de este blog aquellas intenciones que tengan en el corazón. Yo me las llevaré conmigo y estaré elevándolas a Dios continuamente durante estos ocho días.

 

Soy sacerdote. Soy feliz de serlo. Y creo que, más allá de los tuits, artículos o demás cosas, lo mejor que puedo ofrecerles es justamente mi oración y mi intercesión ante Dios. Espero de corazón que estos días sean una pequeña muestra de ello.