Renne Napier no podía no estar de acuerdo: se había hecho
justicia. Porque perder una hija quema
el interior del alma y el dolor exige una reparación. Por ello, y porque Eric Smallridge se había mostrado más
bien defensivo durante el proceso, se alegró de la sentencia a 22 años de cárcel para el que, tras
manejar al doble del límite de velocidad y borracho, había atropellado a su
hija Megan junto a su compañera Lisa Nixon. Lo dicho: se había hecho
justicia.
No obstante, algo
en el corazón de Renee le decía que no todo finalizaba ahí. Por eso decidió viajar por todo el país dando
conferencias a jóvenes y adolescentes sobre el peligro de conducir bajo los
efectos del alcohol. Charlas que daban sus frutos y le traían algo de satisfacción…
aunque cada noche volvía a sentir en su
interior ese desasosiego de que algo faltaba.