Empezar un
artículo alabando a una suegra es siempre un riesgo. O puede ser el título de
un mal chiste. Pero el caso de Lari Churman
se sale de lo común… o a lo mejor quiere demostrarnos que las suegras no son,
en realidad, como los dichos populares las pintan.
Para conocer a
Lari, tenemos primero que abrir la ventana al alma de su nuera Sarah. Esta joven madre de treinta años
nació sorda. Sus padres se dieron
cuenta de ello cuando tenía 18 meses de nacida y desde los dos años tuvo que
llevar ayudas auditivas. Desafortunadamente, éstas no funcionaron del todo, por
lo que se acostumbró a leer los labios
para comunicarse, práctica que aprendió en un colegio para sordos.
En su juventud, conoció al joven Sloan Churman. Se
enamoraron y, con mucha ilusión, unieron sus vidas. En el curso 2006-2007, ambos decidieron hacerse misioneros en China
–son de religión protestante– para compartir su fe. Ahí, debido a un golpe en
la cabeza, Sarah perdió lo poco que le quedaba de su capacidad auditiva. Se
enfureció con Dios. Pero un día, su suegro le llamó y le mandó este mensaje: «Recuerda Hebreos 10, 23: “Fiel ES el autor de la Promesa”». Una
frase que le acompañó en todos los momentos de su vida desde entonces.