Son muchos los
que creen que si viviéramos en un país bajo un régimen militar musulmán y
alguno quisiera convertirse al cristianismo, bastaría buscar una comunidad
cristiana en ese país y ya. La realidad, sin embargo, es muy distinta. La Sharía, ley islámica que prohíbe la
apostasía y el proselitismo, crea una especie de parálisis en la sociedad en
este campo. Si no lo creen, pregúntenselo a Joseph Fadelle,
convertido al catolicismo.
Nacido en una
noble familia chiita en Irak, a Muhamed
se le podía considerar de la realeza árabe. Era el hijo favorito y el
sucesor de la dinastía; de ahí que lo llamaran Muhamed. Todo prometía un futuro
próspero, pero algo cambió.
Su paso por el
ejército iraquí le hizo replantearse su fe. Ahí conoció a un cristiano que difería mucho de lo que le habían enseñado
sobre el cristianismo. Esto le causó un profundo miedo. Pero, gracias al
estudio y a su deseo de salir adelante, Fadelle se percató cada día de la
verdad del cristianismo: comenzó a
enamorarse de Jesucristo… algo tan radicalmente diferente a lo que había
experimentado en el Islam.
Pero los
obstáculos no se hicieron esperar. Su padre,
según la costumbre musulmana, le obligó a casarse sin ni siquiera preguntarle
y, por lo mismo, sin él poder expresar sus dudas sobre el Islam. Durante los
primeros años de matrimonio, Joseph continuó con su búsqueda secreta de una
comunidad cristiana que lo acogiese, lo bautizase o, al menos, le permitiese
atender la misa.
Estas búsquedas
hicieron a su mujer sospechar y lo acusó de estar viendo otra mujer. Ante esto,
Fadelle arriesgó contándole la verdad…
y ella tomó a sus hijos y volvió con su madre. Pero algo hizo que ella guardara
la razón de su separación en secreto. Y, cosas de Dios, también sintió un gran deseo de conocer el cristianismo, lo que la
llevó al bautismo y a ser la “María” de su “José”.
Desafortunadamente,
la familia de Joseph se percató de su doble vida. Debido a ello, su padre lo metió en la cárcel y mandó
torturarlo para que volviese al Islam. Esta medida fracasó y al final le
permitieron volver a su casa, en una especie de arresto domiciliario… del que
Joseph lograba escaparse de vez en cuando. Hasta que, por fin, sus amigos cristianos le ayudaron a fugarse
a Jordania.
Pero ahí tampoco
tuvo paz. Las autoridades del país tuvieron conocimiento de su situación e
intentaron capturarlo y expulsarlo del país. Pero gracias a Dios y a la ayuda
de lo que podríamos denominar la catacumba católica, él y su familia huían una
y otra vez. Hasta que un día el padre y
los hermanos de Joseph lo encontraron.
Furiosos, lo
llevaron a una zona desértica. Argumentaron violentamente con él, pero sin
éxito. Al ver el poco resultado, decidieron matarlo. Le dispararon por una pistola y lo dieron por muerto… pero, por una
especie de milagro que ni él mismo se explica, sobrevivió.
Ante todo esto, Joseph
decidió huir de Jordania. Gracias a la ayuda de amigos católicos, pudieron volar a Francia como refugiados.
Y, para su satisfacción, fueron bautizados
secretamente momentos antes de su partida, lo que significó para Fadelle el
fin de más de trece años de camino para recibir este sacramento. En cierto
sentido, significó la ruptura definitiva con un estilo de vida lujosa para irse
a una cultura francesa que conocía poco y en una situación de relativa pobreza.
En el 2010, Joseph decidió contar su historia. Su libro
El
precio a pagar, ya traducido al español, ofrece pensamientos profundos
sobre el cristianismo en un mundo islámico y, por supuesto, su propio recorrido.
Un camino que aún no ha terminado, pues las páginas cierran con el deseo y la
petición a Dios de la gracia de poder un
día perdonar a su familia en Irak por todo lo que le hicieron. Algo que no
es fácil, pero que, conociendo el tesón y la fe de Joseph Fadelle, seguro que
lo conseguirá.
Estoy tan orgulloso y feliz de estar aquí para compartir este testimonio notable, maravilloso y extraordinario, simplemente no puedo creer ahora que mi ex está aquí conmigo, rogando por todas sus malas acciones, diciéndome cómo se sintió vacío todo el tiempo. estaba lejos me dejó y me hizo mucho daño después de un divorcio que pasó hace unos meses. Y todo este milagro sucedió inmediatamente después de que le pedí ayuda a la Dra. Egwali, soy la mujer más feliz del mundo hoy, diría que vuelva a tener a mi ex a mi lado. Es un milagro para mí y mi familia y un placer y alegría eternos. Estoy tan feliz ahora y no sé cuánto expresar mi gratitud y aprecio al Dr. Egwali. Lo recomiendo encarecidamente si necesita ayuda inmediata, ya que está garantizado, confíe en mí.
ResponderEliminarEnvíele un correo electrónico hoy /dregwalispellhome@gmail.com o vía
WhatsApp: +2348122948392