viernes, 23 de diciembre de 2011

Cuatro kilómetros son poco

La vieron arrastrarse a lo lejos y, por un momento, pensaron que era un animal. Pero a medida que se acercaba, aquella extraña figura delineaba mejor su identidad. Ya cerca, las religiosas se dieron cuenta que lo que tenían delante era una joven de 25 años llamada Olivia y carente de piernas.

Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados viven en Chissano, Mozambique, y ahí atienden a sus queridos pobres, con todo el amor con que una religiosa enamorada de Cristo y de la gente es capaz. Todos los días atienden a las personas, les transmiten la fe y buscan paliar un poco el dolor en que viven.

Olivia  provenía de una localidad a cuatro kilómetros de Chissano. Sin ayuda de nadie, todos los domingos gateaba esa distancia para poder participar en la Misa.  Y si la distancia significaba ya un acto heroico, ¡qué decir de las épocas de más calor!: la arena del camino le quemaba literalmente las palmas de las manos. Todo ello, sin embargo, no impedía que su corazón, que ardía en amor más que el mismo sol, buscase el consuelo de Dios.

Al principio, Olivia recibió la preparación catequética gracias a una persona que se acercaba a su domicilio, pero para la Santa Misa no le quedaba otra opción que serpear por el camino los cuatro kilómetros. ¡Bien valía la pena! 

Ahora, gracias a un bienhechor, Olivia puede moverse en una silla de ruedas, que le ayuda a recorrer más fácilmente su ya conocido camino. De todas maneras, no deja de impresionar a todos su «testimonio de superación y de fe heroico», según palabras de las mismas religiosas a la agencia AVAN.

No sé a ustedes, pero Olivia me ha hecho valorar mucho más que otros la Eucaristía y la presencia real de Cristo entre nosotros. ¡Cuatro kilómetros a gatas! Y pienso cómo tantas veces podemos ser fáciles en poner pretextos para no ir a misa un domingo…

Pero lo que sí puedo decir es que esta joven africana me ha enamorado con su sencillez de fe. Para ella, esa distancia, recorrida con gran dificultad, le sabía a muy poco, pues iba a encontrarse con quien le da sentido a su vida: como los pastores de Belén, que mañana, Navidad, irán como puedan a ver al Niño recién nacido. ¡Cómo quisiera tener esa fuerza interior para demostrarle a Cristo mi amor! Un amor que se consigue paso a paso, aunque sea gateando.

6 comentarios:

  1. Deseo tenga usted una FELIZ NOCHEBUENA, FELIZ NAVIDAD!! Abrazos desde Paraguay

    ResponderEliminar
  2. Sobran comentarios... hace falta actuar... y cambiar los cuatro o más kilómetros que necesitamos convertir en nuestro corazón para llegar a Jesús para que Él llene la propia alma.

    ResponderEliminar
  3. Sin palabras, me ha hecho llorar...

    ResponderEliminar
  4. no he leido y visto esto es lo mas triste!!duele el corazon!!! siempre nos quejamos por algo insignificante y teniendo todo lo material y nunca estamos contentos!!ella con su descapacidad ha seguido adelante!!dios te bendiga olivia!!eres un gran ejemplo!!!

    ResponderEliminar
  5. Eso es fe, amor y aunque se acerca a Dios en la eucaristia no tiene nada que ver con " religión ", pues es algo interior y no exterior. hay que separar lo que es " fe " de " religion " porque muchas personas creen que es lo mismo y no. Puedes tener fe y ser de cualquier religión y seguir sus normas y preceptos al pie de la letra o puedes ir por libre sin pertenecer a ninguna religión o sin tener que tomar al pie de la letra todo lo que en esa religion hagan o digan sus dirigentes y representantes. La fe nace en el corazón y es independiente de la religión.

    ResponderEliminar