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lunes, 30 de mayo de 2011

El niño y su ídolo

En medio de los videos que suelen llegarme, hubo uno esta semana que me llamó particularmente la atención y que quisiera compartir con ustedes.

Se trata de un niño (Abraham Mateo) que tiene un ídolo (el cantante español David Bustamante). Es tanto su afán en imitarle que acude a un programa de caza talentos en la música a Canal Sur, en Andalucía, España. El chiquillo canta bien; sorprende a todos. Su mirada franca y su cara de buena gente conquista.  

Y por fin, un día deciden darle una sorpresa… cantaría una canción de David Bustamante, estando el cantante cántabro presente. Y esto fue lo que sucedió:



Fue tanta la sorpresa y el cariño que David Bustamante le tomó a Abraham, que volvió continuamente al programa. Pasó de ser el admirado a fan del mismo chico. Con el tiempo, cantaron juntos, se conocieron mucho más, presentaron a sus familias. En este video, por ejemplo, se puede ver el cariño que, ahora, con el paso del tiempo, se tienen mutuamente:



No sé cuántos de los lectores se han conmovido con el video. A mí me ha emocionado. ¿Por qué? Porque el encuentro del niño con el cantante español me ha confirmado cómo el ser humano necesita ideales, figuras a quién imitar… cariño.  

Y yo pensaba que si Abraham se ha emocionado al ver que su ídolo le alababa en público… ¡cuánto debe emocionarnos a todos nosotros escuchar las palabras de Cristo en el Evangelio: «Os llamo Amigos»! Dios, el Omnipotente, el Creador… quiere ser mi Amigo. ¡Es un misterio profundísimo! Y aparte no sólo lo dice, sino que pone los medios para que eso se lleve a cabo: me crea, muere por mí en la cruz, me da la Eucaristía, me permite encontrarle cada día en mi oración.

Por eso debemos pedirle a Dios que nos enamore cada día, para que, con la fe, le experimentemos; para que nos sintamos amados de tal manera, que no podamos menos que corresponderle. Y de esta manera podremos no sólo emocionarnos y abrazar a Cristo (como el bueno de Abraham con David Bustamante), sino que cada día podremos ir profundizando en ese abismo insondable de amor que es el Corazón de un Dios que todos los días te llama: ¡Amigo!

4 comentarios:

  1. Fantástico!!!! magnífico testimonio tan sencillo y elocuente. Pero Cristo es lo único que llena nuestras vidas de la verdadera amistad. Gracias por este magnífico apostolado, padre Juan Antonio, le mando un abrazo. Oremus ad invicem!!!

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  2. Mil gracias, padre. Ojalá que todos los que conocemos un poquito más a Cristo lo prediquemos cada día con mayor pasión y entrega. El mundo lo necesita...

    Un fuerte abrazo también para usted.

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  3. Cristián Lanús Urrets22 de junio de 2011, 14:30

    Padre, felicitaciones por su blog y su artículo. Está muy bueno e interesante. Realmente escribe muy bien! Un fuerte abrazo y lo encomiendo. Un saludo desde Argentina

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  4. Gracias por tu comentario, Cristián. Un saludo desde Roma.

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