En nuestro andar cotidiano
siempre buscamos la altura
de quien, aún siendo humano,
triunfa en lo sacro y mundano:
¡Vana y triste aventura!
“¿Es que en la tierra no hay santos?
¿Nadie tendrá la estatura?
¿Sólo se escuchan los cantos
de quien, a base de llantos,
miente, trampea o perjura?”.
Mas el quejido sectario
de tan falaz amargura
tiene eficaz Boticario
en Quien está en el Sagrario;
encontrará ahí su cura.
Pan que de arriba ha bajado,
Don de eternal hermosura,
es Fuego ahí acrisolado
que, en ese Horno Sagrado,
aumenta temperatura.
Sin importarle el fracaso
en demostrar su ternura
trae, del cielo, un pedazo:
¡da un infinito abrazo
de Creador a creatura!
Al que en el vicio está anclado
Él le regala soltura.
Amante experimentado,
sabe esperar a su lado
sin presionar, con finura.
Y el que conserva alentado
la fe en la Gloria futura,
sabe que es Dios quien le ha dado,
como a un humilde soldado,
fuerza constante y bravura.
Nunca raciona su horario
-Él no conoce la usura-
Presta al sufriente un sudario,
nos actualiza el Calvario,
logra una paz que perdura.
Éste es su abecedario,
su majestuosa estructura.
La Eucaristía es sumario
de un Corazón legendario,
de un Amor hecho locura.
Un alma ante este escenario,
al probar tanta dulzura,
grita como el incensario:
“Venid, venid al Sagrario
para adorar la Hostia Pura”.
Es bellísimo, sin palabras... He intentado buscar algunos versos que resuman mi impresión o más me gusten pero me es imposible quitar una sola letra, así que me quedaré con:
ResponderEliminarLa Eucaristía es sumario
de un Corazón legendario,
de un Amor hecho locura.