![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5JICiiJpoMK8j5yCz8_oz9wZrdS9ikpXed9H53UgEMtfv2ZRxGpSAQLmos_pShnGBiky7PDNyezWgp91QHtwA7XhCbmfsRM-it82mB_ITdvxRJtJM-u8M3U3BsRjJSNIWTHzzRN5FpZE/s1600/P1060006.jpg)
Se llama Susana Hortigosa García. Nació en Palma
de Mallorca (España), pero muy pronto se trasladó con sus padres a un pueblito
de Sevilla llamado Casariche.
«Mi familia, y el pueblo en general, son de
ideología de izquierdas y atea –cuenta Susana–. Iba al colegio público,
donde no se mencionaba a Dios. Cuando llegó el momento de la Primera Comunión,
mis padres dejaron que yo eligiera si quería hacerla o no. Decidí que no, y dejé la catequesis y las clases de religión
en el colegio, porque me aburrían».