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miércoles, 19 de octubre de 2011

Ojos brillantes


Ojos brillantes. Así podría describir a mi hermano al ver el rostro dormido y tierno de su hijo recién nacido. Es todo un espectáculo ver dilatársele las pupilas por la emoción. «¿Qué sientes?», le preguntamos. Su silencio inquieto y su sonrisa perdida respondieron a medias a nuestra curiosidad, revelándonos la profundidad del paso que, con el nacimiento de ese niño, él había dado. Una realidad que toca la existencia de cualquier ser humano y lo transforma de modo total: ser padre.

Nadie es consciente de lo que significa la responsabilidad de traer un nuevo ser al mundo hasta que es interrogado por dos ojos que se parecen a los tuyos. Nadie sopesa la magnitud de ese hecho hasta que se tiene ese “pedacito de carne” en sus brazos y se intenta arrullarlo. Y el peso del cuerpecito que cabe en uno solo de tus brazos crece día con día no sólo físicamente, sino también al saber que todo el futuro de ese ser depende de ti.

Chesterton dijo una vez que «en esto consiste la felicidad que dan los niños, en que con cada uno de ellos las cosas son creadas de nuevo y el universo es otra vez puesto a prueba». Y esta realidad ha sido experimentada por cada uno de los padres de familia que pueblan nuestro mundo. No existe ningún ámbito del quehacer humano que no sea interpelado por la paternidad. Empresarios, escritores, hombres de ciencia y del espectáculo. A todos envuelve el universo infantil. ¿Unos botones de muestra?

En una entrevista concedida al periódico Mail Online, el cantante Sébastien Izambard del grupo Il Divo cuenta lo difícil que supuso para él ser padre: casi pierde en el intento a su bella esposa Renee, debido a la preeclampsia que padecía ella. No fue fácil. Incluso perdieron un niño en el intento. Pero cuando por fin nacieron sus gemelos Luca y Rose, todo cobró sentido; incluso los sacrificios vividos durante el embarazo: «Tuvimos unos hermosos y sonrientes niños. Ver a un ser querido pasar por momentos tan dolorosos es algo muy difícil. Y por eso sólo puedo decirle a Renee que estoy muy orgulloso de ella. No ha sido fácil, pero nos ha unido profundamente». Y sentencia: «nos hemos arriesgado hasta la muerte para ser padres».

El mundo del periodismo ibérico cuenta, en Salvador Sostres, con uno de sus representantes más importantes. Columnista en el diario El Mundo, ha regalado a sus lectores infinidad de comentarios y reflexiones. Pero tal vez ninguna de ellas haya tenido tanta importancia como la que publicó el pasado 17 de septiembre bajo el título “Primer biberón”. Ahí le decía a su hija recién nacida lo siguiente:

No siempre estaré a la altura de ser tu padre. Pero con toda la esperanza y con todos los errores, con todo el miedo y con todo el amor, y también con las miserias que no sea capaz de confesarte, estarán para ti siempre abiertos mis brazos y seré siempre tu última línea de defensa tal como ahora soy tu primer biberón.     

Algo parecido a lo que Juan Manuel de Prada, otro columnista español, refería al enterarse del nacimiento de su hijo:

Tras recibir la noticia, he sentido un inédito asombro. Durante muchos años, pensé que mis libros serían los únicos testimonios de mi paso por la tierra, pero ahora que ya sé que voy a prolongarme en otra carne he creído inundarme de una luz nueva y he salido al monte, porque la habitación del hotel donde me hospedo no podía albergar ese tumultuoso alud de pasiones que me golpeaba. Allí, en la soledad del monte, convertido en un ser tan diminuto como esa vida que crece dentro de mi mujer, he oído el nombre de nuestro hijo repetido por el viento, he visto su rostro esculpido en cada piedra, he respirado el olor de su trémula carne en la sombra de cada árbol, he escuchado su primer sollozo en el sol rugiente que bautizaba la mañana. Luego, aplacada tanta exultación, he vuelto al hotel, para pensar a ese hijo que vendrá cuando la primavera ya se anuncie en el aire.

Volvamos la vista al mundo del espectáculo. En concreto, Anthony Kedis, el cantante del grupo americano Red Hot Chili Peppers reveló en una entrevista dada a la revista People que entrar en el “club” de la paternidad es algo fantástico. Éstas son sus palabras: «¡Dios mío, es un club hermoso! ¿Quién sabía? Usted no lo puede saber hasta que ingresa. Es fantástico». Y el bajista Michael Pulga Balzary dio su propia versión de su paternidad en estos términos: «Me encanta ser padre y quise ser padre mucho antes que tuviera cualquier interés en ser padre. […]Esa clase de amor yo no la he experimentado antes. Ese tipo de incondicionalidad, haciendo cualquier cosa por amor a una persona».

Y es que la paternidad engrandece el alma y el corazón y el mundo se te queda pequeño. Y, por cierto, ¿a qué mundo se enfrentarán los hijos? Es uno de los grandes interrogantes de los recién estrenados padres. Así lo canta Céline Dion:



Esta noche, mi hermano ha ido a acostar a su hijo recién nacido. He vuelto a observar cómo sus ojos crecían y cómo su sonrisa se le dibujaba en el rostro. Y por un momento he soñado algo loco: hombres de todos los rincones de la tierra con los ojos de un padre “recién nacido”. Uno que sueña con el mejor de los mundos para su hijo. Porque, después de todo, y trayendo a colación a San Agustín, «la vida de los padres es el libro que leen los hijos». Y ¡qué maravilloso sería que ese libro fuese un lugar en donde todos vivan con ojos brillantes!

2 comentarios:

  1. Qué cierto es, cuánto cambia la vida cuando nos hacemos padres, y que forma más generosa y desinteresada de entregarla.

    Y usted.... ¡¡¡a ejercer de tío !!!! Enhorabuena a todos ;)

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