«Participé en el reality show America’s Next Top Model, ciclo 3. Aunque educada como católica, mi vida pasó por momentos de confusión, sobre todo en medio de esta cultura pop en que vivimos. Tuve, por ello, un letargo espiritual durante diez años... hasta el momento en que un cambio de vida, o debo decir "conversión", lo hizo todo diferente. Y desde entonces nada ha sido igual».
Leer un párrafo así, y escrito por una chica tan guapa como Leah Darrow (http://www.leahdarrow.com/), hace que a uno le entren ganas de saltar de felicidad. Sobre todo por el hecho de que quien lo escribe haya podido salir de los estereotipos que nuestra actual civilización quiere imponer a las mujeres y pueda volver a caminar con libertad su propia vida.