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jueves, 28 de abril de 2011

Fidelidad antinatural

El grupo sevillano Siempre Así  dice en una de sus melodías que “hay abuelos que se quieren y su amor es todo lo que tienen” y me parece que es una gran verdad. Lo único que les queda de aquellos años de juventud se cimienta en ese quererse continuo y correspondido, cargado de ternura. Conozco innumerables testimonios en esta línea.

Por ello, me atribuló mucho leer lo que dijo Nuria Roca al presentar su libro sobre el sexo, diciendo que «la fidelidad es antinatural». Puestas así las cosas, cuántas “antinaturales” andan rondando en nuestra sociedad. Porque estoy convencido que la mayoría de las mujeres ama profundamente a sus maridos. Como la señora que me comentó un día: “¡Mi marido es un santo varón; le deseo uno igual a todas las mujeres!”. Pero ahora resulta ser (¡caramba con la Nuria!) que a esa pobre mujer no se la puede bajar de cursi o simplona.

No sé a vosotros, pero a mí me entra una ligera sospecha. El dicho aquel de que “si no puedes convencerlos, confúndelos” parece ser la estratagema de muchos supuestos modelos de hoy en día. Por desgracia, la tierra de algunos corazones donde caen estas semillas, se encuentran con surcos abiertos y poco llenos de un amor auténtico.

Ya el Papa Juan Pablo II mencionó un día que la belleza salvaría al mundo: la belleza de amarse en serio y de verdad, con compromiso y no sólo con sentimentalismos. Un amor que pide entrega incondicional de uno hacia el otro. Y ahí radica y se basa el encanto del matrimonio.

¿Antinaturales? Yo diría más bien locos. Aunque la verdad yo no padezco la locura, sino que disfruto cada minuto de ella. Esa locura de amar a todos los hombres por igual y de saberme correspondido. Y como el Principito en el pasaje del zorro de Saint-Exupèry, invito a todos a descubrir cada día que tu flor, tu querida y adorada flor, es única en el mundo.

1 comentario:

  1. Saludos.

    Lo que no es propio del amor es la temporalidad, el ponerle límite. Lo propio del amor es su exclusividad y perpetuidad (el matrimonio); nadie ama para una semana, un mes, un año...

    "Ya el Papa Juan Pablo II mencionó un día que la belleza salvaría al mundo". Puede que sí lo mencionara, pero antes que él lo dijo textualmente Dostoievski en 'El idiota' en boca del príncipe Mischkin.

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