viernes, 31 de agosto de 2012

Diez imágenes que te ayudarán a vivir con entusiasmo

En la vida, especialmente en los momentos de mayor dificultad, necesitamos motivaciones que nos ayuden a seguir adelante, que nos impulsen a caminar con más brío, con más entusiasmo. Cada quien podrá citar palabras, consejos o discursos que le ayudaron a salir del hueco de la tristeza que, en muchas ocasiones, estaban hundidos. Pero creo que todos podrán dar fe que muchas veces el ejemplo de alguien fue mucho más contundente que una hora de predicación.
 
Hay imágenes que hablan por sí mismas y que son poderosas incluso en su sencillez. Este post quisiera ser, por eso, una pequeña galería de imágenes que te den entusiasmo para seguir viviendo, que te impulsen a darte cuenta de que puedes ser feliz, incluso en medio de muchos sufrimientos. Los protagonistas son personas que, de una u otra manera, tienen una discapacidad... pero que se descubre en el rostro la pasión por vivir. Aquí los tienes. ¡Vive con entusiasmo!

jueves, 23 de agosto de 2012

Liz Murray, la mendiga que se graduó en Harvard

«Me llamo Liz Murray y he nacido en Bronx, concretamente en el año 1981. Toda mi vida la he dedicado a cuidar a mis padres y hermanos por lo que no he tenido muy buena enseñanza, pero he conseguido sacarme el instituto en tan solo dos años. Me gustaría estudiar en esta universidad porque así me podré sacar una carrera y tener un trabajo digno».  

Estas fueron las palabras que la joven Liz redactó para ser admitida en la prestigiosa universidad estadounidense de Harvard. Son unas líneas que le han costado sangre. Cada letra arrastra una historia de sufrimiento y de lucha: una historia que ella misma ha compartido, años más tarde, en su autobiografía titulada “Breaking Night”, en donde cuenta su paso de ser una niña de la calle a convertirse en una conferenciante de éxito.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Una grieta en la fuerza de la gravedad

Esperaba el abrazo de la muerte tumbado en la cama. A su lado sólo le franqueaban Catherine y John Conduit. Éstos le sugirieron, en un momento dado, llamar a un sacerdote y el moribundo, en lo que fue tal vez su acto más significativo antes de morir, dijo sólo una palabra: No. ¡Cuántas veces se repite esta escena sin que, por desgracia, nos impresione! Pero el hecho de que el moribundo no fuera otro que el gran físico inglés Isaac Newton, hace aflorar inmediatamente el estupor.  

Muy consciente de ello era Richard S. Westfall al escribir su bien documentada biografía “Never at rest. A biography of Isaac Newton” (“Sin descanso: una biografía de Isaac Newton”) (Cambridge University Press, 1980). A través de sus líneas se puede tomar nota de esta personalidad única. Sin embargo, quisiera fijarme en un aspecto que pocos resaltan de Newton y que Westfall pone a la luz: la pérdida sistemática de sus raíces cristianas y la caída lógica e irreversible en la superstición, consecuencia inmediata de la pérdida de la fe.

sábado, 11 de agosto de 2012

Rachel Elizabeth, la heroína desde la ventanilla de Chick-Fil-A

Ese día, Rachel Elizabeth fue a trabajar como siempre. Sabía que su cara era la ventana que su empresa tenía hacia fuera y así se lo habían dicho desde que llegó a Chick-Fil-A, la cadena multinacional de comida rápida en los Estados Unidos. Y aunque era consciente de que la jornada no sería normal, nunca se esperó lo que luego le sucedió.

Pero antes, es necesario dar un paso atrás. Días antes, el presidente de Chick-Fil-A, Dan T. Cathy, había hecho unas declaraciones algo atrevidas en una cadena de radio. Dijo lo siguiente: «estamos dando cabida al juicio de Dios sobre nuestra nación cuando decimos que sabemos mejor que Él qué constituye el matrimonio. Rezo que Dios tenga misericordia de nuestra generación, que con arrogancia presume imaginar que tenemos la audacia de redefinir qué es el matrimonio».



jueves, 2 de agosto de 2012

Quiero ser tu Cireneo


Pisar fuerte tras las huellas de Cristo
Tomar cada día mi cruz con amor y sin pleitos
Abrir el corazón de par en par a quien lo pida
Ese es mi Ideal y eso es ser Cireneo

Vivir cada segundo de mi vocación fielmente
Tomar de la mano a María en todo momento
Ser coherente y feliz en la propia entrega
Ése es mi camino y eso es ser Cireneo

Sostener con mi entusiasmo a mis hermanos,
Sonreírle a Dios incluso cuando tenga miedo
Y sin importar el qué, el cómo y el cuando
Arrimar el hombro, con sencillo amor y esmero.

Ése, querido lector, ése es mi regalo a Dios y a ti
Cuenta siempre conmigo… quiero ser tu Cireneo.